Axivil Castizo

La Música

El incendio del Alcázar madrileño en 1734 es evento de gran luto para los amantes de la música profana de la España barroca. Baste un ejemplo: de Juan Blas de Castro (íntimo de Lope y músico real de cámara por muchos años) nos quedan veinte canciones pero sabemos que cuando murió había, al menos, cerca de ochocientas en su casa y que fueron llevadas al Alcázar por orden del rey Felipe IV.

Tenemos cantidades de referencias escritas a las excelencias de nuestros músicos, a la belleza y poder evocador de sus “tonos”, a la destreza e imaginación con los instrumentos, a la maestría y hondura de sus cantos… pero sobre todo tenemos la realidad del siglo XVII español, seguramente el siglo más universal para las letras y las artes españolas (huelga extenderse sobre Cervantes, Góngora o Velázquez). Es cierto que la música en esas épocas no tenía en España la consideración de otras artes pero también es cierto que arrastraba multitudes desde palacios y saraos privados hasta los más populares corrales de teatro.

El corpus de tonos humanos del siglo XVII es una joya de nuestro patrimonio cultural con algunos diamantes que brillan especialmente y con una originalidad que los hace “singularísimos” frente a la maravillosa producción de arias o canzonetas italianas, de airs de cour franceses o los lute songs ingleses. La fatalidad y la dejadez española ha hecho que el material que nos ha llegado sea escaso y muchas veces ilegible, pero nuestra ilusión es seguir trabajando en ello. Esperamos que lo disfruten.