Silvia Márquez Chulilla, clave
Scarlattiana.0 | Trazas de un apellido
Alessandro y Domenico Scarlatti, Sebastián de Albero, Antonio Soler, Roberto Sierra
Actividad opcional: Viaje a Aranjuez en el Tren de la Fresa (10h)
Domingo 2 Noviembre. 12h
Bodega de Carlos III. Real Cortijo de San Isidro
Venta anticipada
Precio entrada general: 35€
(más gastos de gestión)
Precios para estudiantes, jubilados, desempleados: 30€ (más gastos de gestión y deberán presentar la acreditación)
Se exigirá la acreditación en el acceso al recinto.
Taquilla disponible 1h antes de cada concierto en la entrada del recinto.
Comprar entrada tren + conciertoSi quieres viajar en el Tren de la Fresa a Aranjuez y disfrutar del paseo y el concierto, puedes comprar los billetes y entradas aquí. Esta opción se vende únicamente a través de la web de Renfe e incluye la entrada al paseo y al concierto.
Precio Tren de la Fresa + visita a la bodega + concierto para adultos: 47€
Precio niños (de 1 a 1,40 metros de altura): 36€. Los menores de un metro de altura viajan gratis si no ocupan asiento.
Se exigirá la acreditación en el acceso al recinto.

12h. Esta actividad incluye la visita, concierto y degustación del vino de la Bodega de Carlos III ubicada en Real Cortijo de San Isidro. Después de la visita, tendrá lugar el concierto titulado Scarlattiana.0 | Trazas de un apellido que es un encargo del festival.
A este paseo y concierto se puede acceder realizando el viaje desde Madrid a Aranjuez en el Tren de la Fresa. La salida de esta actividad opcional es a las 10h desde el Museo del Ferrocarril. (Paseo de las Delicias 61. 28045 Madrid). Llega a Aranjuez a las 11h. La organización traslada a los viajeros al Cortijo de San Isidro donde está la Bodega Real de Carlos III.
Las entradas de venta del tren de la fresa se venden a través de la web de Renfe y se incluyen en el precio de venta del viaje en tren. Si esta opción es la que prefieres, desde el botón de entradas, tienes una opción que te llevará directamente a la web del tren de la fresa.
La intérprete Silvia Márquez Chulilla, nominada a los Premios Latin Grammy (2018), se pone manos al teclado para demostrar por qué la obra de los Scarlatti sigue siendo tan avanzada técnica y emocionalmente tanto en su tiempo como en el nuestro. Un prodigio sonoro para cerrar un festival en torno a los centenarios de Alessandro y Domenico Scarlatti.
Scarlattiana.0 | Trazas de un apellido
Alessandro y Domenico Scarlatti, Sebastián de Albero, Antonio Soler, Roberto Sierra
Alessandro Scarlatti (1660-1725)
Toccata per cembalo de ottava stesa
I. Primo Tono Preludio
II. Adagio
III. Presto
IV. Fuga
V. Adagio
VI. Follia
Domenico Scarlatti (1685-1757)
Sonata en fa mayor, K. 17: Presto
Sonata en re menor, K. 18: Presto
Sebastián de Albero (1722-1756)
Recercata Prima y Fuga Prima (de Obras para clavicordio)
Antonio Soler (1729-1783)
Preludio n.º 4 en fa menor (de Llave de la modulación, 1762)
Sonata n.º 6 en fa mayor
Domenico Scarlatti
Sonata en do menor, K. 126: Presto
Antonio Soler
Preludio n.º 3 en do mayor (de Llave de la modulación)
Josep Gallés (1758-1836)
Sonata n.º 9 en do menor
Roberto Sierra (n. 1953)
Solerianas. Homenaje al Padre Antonio Soler [2023-2024]
n.º 5: Allegro
Scarlattiana.0 | Trazas de un apellido
Bien fuera para aquellos paseos veraniegos de los aristócratas napolitanos (los “Pusilipos”), bien para las magnificencias y los espectáculos públicos fomentados por el virrey de España, Alessandro trabajaba a contrarreloj para entregar las numerosas óperas que le reclamaban sin cesar. El apellido Scarlatti representaba por aquel entonces, en los últimos años del siglo XVII, el éxito y la renovación de la ópera –con las arias da capo y los recitativos acompañados–. Alessandro Scarlatti (1660-1725), el aclamado compositor que había triunfado en Roma, Florencia, Venecia, y había convertido a Nápoles en el gran centro operístico del momento, con una producción de más de un centenar de óperas y alrededor de setecientas cincuenta cantatas, reservó también una pequeña parte de su ingenio y dejó constancia de su dominio del teclado: el despliegue de sonoridad y virtuosismo en su Toccata per cembalo de ottava stesa –salpicada con inspirados pasajes que son puro reflejo de sus arias de ópera y coronada con las variaciones sobre la popular Folía de España– ronda los veinte minutos, envergadura prácticamente imposible de encontrar en las piezas para tecla de sus predecesores y contemporáneos.
Hoy, en un otoño que acaece tres siglos después, cuando se conmemora el 300 aniversario del fallecimiento de Alessandro, es otro Scarlatti el que nos resulta familiar o “famoso”: Domenico (1685-1757), su hijo; criado en un ambiente teatral, rodeado de cantantes, empresarios teatrales y compositores no es de extrañar que en los inicios de su carrera destacara como compositor de óperas, en Nápoles, Roma, e incluso más tarde en Lisboa. Pero pronto cambian las tornas: mientras Alessandro agitaría la vida cultural de la ciudad de Nápoles con representaciones de gran afluencia social, Domenico compondría sus cerca de seiscientas sonatas para tecla al abrigo y en la intimidad de la corte madrileña, a la que había llegado en 1733 como instructor de música de la reina María Bárbara de Braganza. Es inevitable pensar que su apellido y los círculos en los que se había movido su célebre progenitor le facilitaron los contactos con instituciones y con personalidades como Thomas Roseingrave, quien llevó a imprenta en Londres la única colección de sonatas de Domenico publicada, 30 essercizi per Gravicembalo (1738), convirtiéndolo en un fenómeno de culto.
La ingente y novedosa música de “Don Domingo”, servida en su mayor parte en forma de sonatas bipartitas, hubo de influir en la llamada “escuela de tecla española” cuyos representantes tuvieron por fuerza que conocer el legado del napolitano. Del navarro Sebastián de Albero (1722-1756) nos han llegado dos colecciones manuscritas con música para tecla: las 30 sonatas para clavicordio que se conservan en la Biblioteca Nazionale Marciana de Venecia y las Obras para clavicordio y pianoforte que se encuentran en la Biblioteca del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Sin duda alguna es en esta segunda donde radica su mayor originalidad, pues fugas y sonatas (estas últimas cercanas al estilo galante), vienen preludiadas por recercatas, preludios en los que hace gala de gran imaginación, con abundancia de enarmonías, ritmo libre, modulaciones y contrastes inesperados, siguiendo una práctica improvisatoria de tipo tocata nada común en esta época. Nombrado primer organista de la Capilla Real de la Corte de Fernando VI, convivió allí con músicos de la talla de José de Nebra, Carlo Broschi “Farinelli» y el propio Domenico Scarlatti. A menudo se ha querido ver la influencia de éste en la música de Sebastián. Sin embargo, la Recercata prima nos conduce a una Fuga que, más allá de su posible similitud con la K. 30 del italiano, se muestra como una obra imponente, un despliegue de medios sobre los que Albero construye todo un castillo sonoro: contrapunto libre, en compás de 3/8, con elementos ora de danza, ora melódicos, ritmos folclóricos, acordes desplegados, tonalidades insospechadas, cadencias frigias o acciacature.
Estas características se ven así mismo reflejadas en la música de Antonio Soler (1729-1783) que, desde su puesto de organista en el Monasterio de El Escorial ostentaría también el cargo de instructor de clave en la corte española, en este caso del infante Gabriel, hijo de Carlos III. Junto a sus sonatas bipartitas destacan, como en el caso de Albero, una serie de preludios modulantes que forman parte de su tratado Llave de la modulación. Dos de ellos introducen sendas sonatas del propio Soler y del organista y maestro de capilla Josep Gallés (1758-1836). El preludio “no va sujeto a compás, pero sí a tiempo”, y sirve para pasar de un tono a otro con suavidad, buscando al mismo tiempo la mayor variedad. Cierto es que el antecedente por antonomasia de esta escritura no es otro que los préludes non mesurés para clave de mitad del siglo XVII francés, con Louis Couperin y Jean-Henri D’Anglebert como mayores exponentes, pero tanto Albero como Soler llevan la experimentación armónica al límite con todo tipo de tonalidades y enarmonías.
Y si el hilo del programa nos ha hecho cruzar un mar Mediterráneo para dejar toda esta estela musical en la Península ibérica, el último eslabón de la cadena rompe la marca en el tiempo y en el espacio: la fascinación de la música de Soler cruza el Atlántico y aterriza en el papel pautado del compositor puertorriqueño Roberto Sierra (n. 1953), que en pleno siglo XXI transforma esta herencia y nos la devuelve, con el filtro de sus propias tradiciones y el lenguaje contemporáneo actual, en forma de Solerianas. Homenaje al Padre Antonio Soler. La vigorosa Sonata n.º 5 sella este recorrido que comenzó en los carnavales napolitanos y en el barrio costero de Posillipo… gracias a un apellido: Scarlatti (Alessandro –en el 300 aniversario de su fallecimiento–).
Silvia Márquez Chulilla
El Entorno
El Real Cortijo de San Isidro es una Pedanía de Aranjuez, antigua explotación agrícola creada en 1.766 por el rey Carlos III. Está situada a unos 6 km al nordeste de Aranjuez y se accede por la calle de la Reina (M-305, Carretera de Colmenar), tomando a 3 km el desvío de la calle San Isidro Labrador.
La Bodega
La bodega de Carlos III o del Real Cortijo es un Monumento Histórico – Artístico desde 1983 que cuenta con un lagar de 900m2, nave neoclásica abovedada y una bodega subterránea de 2.500 m2 que recorre más de medio kilómetro de longitud bajo el pueblo del Real Cortijo de San Isidro.
El ramal principal de la bodega subterránea fue concebido para la guarda de vino y el segundo ramal de las cuevas para almacenar el aceite. Se unen por dos “plazas” coronadas por una gran bóveda. La primera “plaza” llamada Bóveda del Rey albergaba una gran tinaja de 402 arrobas propiedad exclusiva del Rey. La segunda llamada Bóveda de la Reina de idénticas características tenía una tinaja curiosamente algo mayor de 412 arrobas, propiedad de la Reina.
El segundo ramal de las cuevas, utilizado antiguamente para almacenar el aceite, lo constituye una galería de 115 metros de longitud, formada por una nave abovedada ejecutada en ladrillo visto. Sus dos laterales en forma media luna albergaban semienterradas tinajas de barro cocido con capacidad de 28 arrobas (350 l) para la guarda del aceite.
Silvia Márquez Chulilla
Especialista en teclas históricas, Silvia Márquez Chulilla es una de las intérpretes más versátiles y activas del momento, sea al clave, al órgano o al fortepiano. Nacida en Zaragoza, obtuvo el 1º Premio en el Concurso Permanente de Juventudes Musicales 1996 en las especialidades de Clave y Órgano, premio al que suceden diversos reconocimientos nacionales e internacionales (Praga, Brujas, Granada, etc.). Recibió asimismo el Premio a la mejor Dirección en los Premios GEMA 2014 y 2017.
A sus conciertos dentro y fuera de nuestras fronteras se suma su actividad como directora del grupo La Tempestad, fundado en el año 2000, con el que destacan sus registros discográficos en torno al Clasicismo –sinfonías de Haydn y Mozart en formato de cámara– o a la recuperación de patrimonio ibérico: Iberian Harpsichord Concertos, Scarlatti: Venezia 1742 (2018) y Brunetti & Lidón. At the Spanish Royal Chamber (IBS Classical).
Ha ofrecido recitales en España, Francia, Alemania, Irlanda, Suiza, Holanda, Italia, Croacia, Andorra, Austria, Eslovaquia, Portugal, Bolivia y Panamá, etc., y es regularmente invitada a formar parte de diversos jurados. Ha actuado como solista con la ORTVE, Orquesta Ciudad de Granada, Solistas de la OBS, Grupo Enigma, etc. Su disco Chaconnerie (IBS 2018), constituye un apasionante y poco habitual recorrido por las chaconas para clave desde el siglo XVI hasta nuestros días. Silvia Márquez se formó en su ciudad natal con el maestro José Luis González Uriol y más tarde, becada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Gobierno Holandés, en el Sweelinck Conservatorium de Amsterdam y el Real Conservatorio de La Haya.
Especialmente comprometida con la música contemporánea, ha estrenado obras de diversos autores, tanto para instrumento solista como para grupo de cámara. Su trabajo con la música española para clave en el siglo XX le hizo merecedora de la Beca Leonardo 2017 de la Fundación BBVA, gracias a la cual ha publicado el CD Herbania y recientemente la primera grabación mundial del Concierto para Clave de Salvador Bacarisse. Es catedrática de Clave del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.